Hoy en día se habla mucho del éxito en los estudios, en la familia, en la profesión, etc. Aquí surgen varias preguntas: ¿Es el éxito el fin último de la vida humana? ¿Es el término éxito sinónimo de felicidad? ¿Es sólo una palabra que repetimos mecánicamente? ¿Entendemos realmente qué “es el éxito en sí mismo”? ¿Estamos preparados para asumir las implicaciones del éxito? ¿Estamos preparados para afrontar las consecuencias del éxito? ¿Cómo medir cuánto éxito nos basta? ¿Somos esclavos de buscar el éxito?
No podemos tener una visión restrictiva de lo que es el éxito, hay que ampliar la visión para que podamos adaptarnos mejor a los tiempos actuales, tan sensibles a las cuestiones sociales y jurídicas.
El éxito debe lograrse en varios niveles para que sea integral y no sólo económico. A lo largo de este artículo queremos presentarte los diferentes tipos de éxito empresarial que podemos obtener para que el éxito sea integral.
El primer éxito empresarial es el éxito personal. Esto se manifiesta a través del proceso de creación de la empresa, desde el desarrollo de la idea hasta que se materializa en la creación de la propia empresa.
El segundo es el éxito económico. Una empresa exitosa es aquella que obtiene ingresos que hacen que la inversión realizada en su creación regrese al fundador(es).
El tercer éxito será el éxito social. Esto se mide por el bien que las empresas hacen a favor de la sociedad en la que están insertas.
El cuarto éxito será la durabilidad en el tiempo. Esto se logrará manteniendo el entusiasmo de los primeros días y la adaptabilidad a la realidad en constante cambio.
El quinto éxito será la satisfacción del cliente, que consiste en ayudar a los clientes a resolver un problema relacionado con cualquier producto o servicio que genere la empresa. La satisfacción del cliente es tan importante como el éxito económico.
