Tras el fuerte impacto de la pandemia, las tasas de recuperación son favorables y van en aumento. Y uno de los principales indicadores de esta recuperación es el sector del lujo.
Si echamos la vista atrás, nos daremos cuenta de que entre 2008 y 2009 su valor disminuyó, pero en apenas dos años recuperó su crecimiento, según un informe evacuado por Statista. Esto no hace más que afirmar categóricamente las palabras de Coco Chanel: “el lujo es una necesidad que comienza cuando la necesidad termina”.
Han pasado los años y las empresas han demostrado su capacidad para salir fortalecidas y con un alto nivel de reinvención. Por ejemplo, el valor de las acciones de LVMH, el conglomerado de lujo francés líder en el mundo, y Kering, propiedad de François Pinault, ha aumentado constantemente. Eduardo Irastorza, Profesor Executive MBA de OBS Business School, afirmó: “Cuando las cosas están peor, el lujo es más poderoso”.
¿Cómo será el mundo del lujo en breve?
La capacidad de reacción de este sector es enorme. A pesar de que en 2008 hubo una gran recesión y estamos enfrentando la pandemia, las empresas han sabido resistir y aún así salir fortalecidas, para sorpresa de unos y alegría de otros.
La afirmación de Eduardo Irastorza de que "cuando las cosas están peor, el lujo tiene más poder" es cierta porque los indicadores muestran claramente que, a pesar de la crisis económica y las consecuencias posteriores, el lujo es un sector que apenas sufre en un momento en que la economía está afectado.
Esto se debe a que el lujo actúa como refugio o asilo en tiempos de inestabilidad económica. Estos valores son una protección segura porque mantienen e incluso aumentan su importancia.
