La tendencia del lujo en América Latina Parte 3
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La relación entre el cliente y la marca.
Las crisis no son destructivas si se obtiene algún beneficio de ellas. Tras la última crisis sanitaria aprendimos que no se puede atar al tradicionalismo y que los términos “renovación” y “adaptabilidad” son los más adecuados para destacar dentro de las marcas de lujo.
La experiencia adquirida indica varias cosas:
1. Debemos salir a buscar al cliente y no esperar a que venga a nosotros.
2. Si debido a una mala interacción con la marca, un cliente no se siente valorado, esto provocará una ruptura de su fidelidad y una migración creciente.
Más allá de la simple relación comercial, las marcas de lujo deben ofrecer acogida, diálogo, comprensión de las necesidades del cliente y, finalmente, llegar a su objetivo que es la completa satisfacción del cliente. De esta forma, la marca sentirá que su propuesta es totalmente aceptada y valorada.
En otras palabras, las marcas de lujo deben mostrar su lado más humano además de su lado comercial.
Reevaluación del lujo
Reevaluar no es más que volver a ver lo que nos ha marcado, y a deleitarnos con lo que nos impresionó.
Las marcas de lujo deben afrontar el proceso de reevaluación, lo cual es beneficioso. En un artículo anterior hablábamos de que vivimos en una época de poslujo, proceso que ya ha iniciado un período dinámico de renovación del concepto de lujo y sus aspectos inherentes.
El concepto de lujo ha sido reformulado por el propio consumidor, quitándole el estigma que solía tener. Como resultado, la terminología del lujo ha adquirido un marco conceptual diferente que la acerca a las personas. Para muchos, el lujo ahora se centra en la artesanía, los valores sostenibles, la educación y la inclusión.