Diamantes de Laboratorio

Los diamantes de laboratorio, sintéticos o cultivados, se crean en un laboratorio en lugar de formarse naturalmente tras milllones de años en la corteza terrestre. Estos diamantes tienen la misma composición química y estructura cristalina que los diamantes naturales, sin embargo, se crean mediante deposición química en fase de vapor (CVD) o síntesis a alta temperatura y alta presión (síntesis HPHT).

El proceso de CVD consiste en colocar una pequeña semilla de diamante en una cámara sellada e introducir un gas con alto contenido en carbono, como metano y otros elementos. Este gas se ioniza y los átomos de carbono forman una capa sólida sobre la semilla de diamante, formando gradualmente el cristal del diamante. Este proceso puede durar varias semanas o más en producir un diamante de tamaño considerable.

En la síntesis HPHT, se coloca una pequeña semilla de diamante en una prensa que la somete a condiciones de presión y temperatura extremadamente altas, imitando las condiciones naturales en las que se forman los diamantes en el manto terrestre. En la prensa también se incluye material carbonado, como el grafito. La combinación de presión y temperatura hace que los átomos de carbono cristalicen y formen un diamante más grande alrededor de la semilla. Este proceso puede tardar varios días en producir un diamante completo.

Los diamantes de laboratorio son óptica y químicamente idénticos a los diamantes naturales y poseen la misma dureza, claridad y durabilidad. Se clasifican utilizando los mismos criterios que los diamantes naturales, incluidas las "cuatro C": peso en quilates (carat weight), color (colour), claridad (clarity) y corte (cut). La principal diferencia es su origen, ya que los diamantes de laboratorio se fabrican en lugar de formarse de forma natural.

Existen diversas razones por las que la gente puede optar por diamantes de laboratorio. En primer lugar, ofrecen una alternativa ética y respetuosa con el medio ambiente a los diamantes obtenidos en minas. Los diamantes creados en laboratorio no implican la minería, que repercute de manera negativa en la sociedad y el medioambiente. Además, los diamantes de laboratorio suelen ser más baratos que los diamantes naturales de calidad similar, lo que los convierte en una opción más asequible para muchos consumidores.

Cabe señalar que la presencia y la aceptación de los diamantes de laboratorio han aumentado en los últimos años, ahora están ampliamente disponibles en el mercado de la joyería. Además, cuentan con el reconocimiento de las principales organizaciones gemológicas, como el Instituto Gemológico de América (GIA), que emite informes de calificación para diamantes naturales y de laboratorio.

No obstante, es fundamental tener en cuenta que no todos los diamantes del mercado son de laboratorio. Algunos minoristas pueden vender piedras preciosas sintéticas o imitaciones que se asemejan a los diamantes, pero cuyas composiciones químicas o propiedades son diferentes. Si lo que desea es un diamante de laboratorio, lo mejor es comprarlo en establecimientos acreditados y solicitar la certificación de laboratorios gemológicos reconocidos.

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