La tendencia del lujo en América Latina Parte 4
Compartir
La relación entre el consumidor y la marca.
Las crisis no son destructivas si se obtiene algún beneficio de ellas. Sin embargo, tras la última crisis sanitaria aprendimos que no se puede atar al tradicionalismo y que renovación y adaptabilidad son los términos más adecuados que podemos destacar dentro de las marcas de lujo.
La experiencia adquirida indica varias cosas:
1. Debemos salir a buscar al consumidor y no esperar a que venga a nosotros.
2. Si un cliente no se siente valorado, una interacción vital con la marca provocará una ruptura de su fidelidad y una migración creciente.
Más allá de la simple relación comercial, las marcas de lujo deben ofrecer acogida, diálogo, comprensión de las necesidades y completa satisfacción del consumidor. De esta forma, la marca sentirá que su propuesta es totalmente aceptada y valorada.
En otras palabras, hay que dar a las marcas de lujo un rostro humano, no sólo comercial.
Relectura del lujo
Releer no es más que volver a lo que nos ha marcado, volver a deleitarnos con lo que nos impresionó y deleitó.
Las marcas de lujo deben afrontar el proceso de relectura. Y está bien; al contrario, es beneficioso. En un artículo anterior hablábamos de que vivimos en una época de poslujo, proceso que ya ha iniciado un período dinámico de renovación del concepto de lujo y sus aspectos inherentes.
El concepto de lujo ha sido reformulado, no por las marcas, sino por el propio consumidor, quitándole el estigma que solía tener. La terminología del lujo ha adquirido un marco conceptual diferente que la acerca a las personas. Para muchos, el lujo ahora se centra en la artesanía, los valores sostenibles, la educación y la inclusión.
¿Cuál es el futuro del consumo de lujo? En primer lugar, consiste en expresar valores, empatía y un genuino y profundo propósito de eficiencia.